Barrio Brasil

Barrio Concha y Toro

Santiago de Chile

Declarado Zona Típica (1989), sus recovecos y construcciones góticas, neocoloniales o Bauhaus, causan la admiración de turistas “dateados” o de algunos santiaguinos que anhelan respirar el aire pueblerino y, a la vez, europeo de las antiguas callejuelas de los comienzos del siglo XX.Edificios antiguos, calles con adoquines, una pequeña plazoleta y la historia santiaguina de más de un siglo encierran estas callejuelas...
El metro República, vereda norte, es la antesala a un barrio de características en extinción. Dentro de todo el mundo universitario que hay en la zona, una extensión de pocas cuadras hace un quiebre arquitectónico y de ambiente con el resto de la metrópolis.

Tal como el barrio París Londres, las viviendas de Concha y Toro, la calle principal y que bautiza todo el sector, se mantienen los vestigios de un pasado aristocrático del centro de la capital

El Palacio de Enrique

Para la década del ‘20 Santiago contaba con el 13.6% de la población nacional habitando la capital. Casi medio millón de personas que fueron testigos del surgimiento de la clase media y su ascenso a sitiales de poder. De la llegada del jazz, el inicio de la radio, la creación del club deportivo Universidad de Chile, del gobierno del León de Tarapacá, Arturo Alessandri Palma, y de la riqueza a raudales proveniente del salitre.
Las familias más adineradas tomaron terrenos baldíos y los erigieron como pequeños feudos. Uno de ellos perteneció a don Enrique Concha y Toro, quién terminó de edificar el sueño de don José Díaz Gana: un palacio de características islámicas de más de 3500 metros (construido en 1872 según diseño de Teodoro Burchard).
Ingeniero destacado y hombre de negocios, creó alrededor del palacete una serie de jardines que hacían honor a su fama. Un icono de la socialité santiaguina, con la muerte de don Enrique, el lugar cambió, definitivamente, su suerte.
Su esposa, doña Teresa Cazotte, loteó el parque que circundaba la residencia y ese fue el primer paso para la construcción de grandes casonas que dieron el espíritu barrial que aún detenta.¿Qué pasó con el palacio? En 1933 fue demolido. El estilo Bauhaus, propuesta que hablaba de que un buen diseño debía ser agradable en lo estético y satisfactorio en lo técnico, hizo su irrupción a través de un compacto grupo de casas de dos pisos.
El legado de Concha y Toro, no obstante, no desapareció del todo. Su nombre bautiza el barrio.

Paseando por Otro Santiago

Los primeros pasos por la calle de don Enrique (calle Concha y Toro, obvio) provocan un poco de temor. Un estrecho callejón, sin mayor vista de la continuación de la ruta, es la antesala.
El Teatro Carrera (1926), es el primer edificio relevante que se visualiza a mano izquierda. Hoy centro de eventos y discoteca, el estilo neoclásico de la construcción realizada por Monckeberg y Aracena, esconce en la suciedad de la polución actual una serie de vitrales construidos por el artista italiano Aristodemo Lattanzi.
Adentrándose la panorámica se abre y se notan las antiguas casonas en esplendor. Escudos con heráldicas, diseños de rejas labradas en metal con hermosos detalles, algunos adoquines que aún perduran y luminarias públicas antiguas, le dan un tinte especial al trazado urbano.

Inspirado en los principios de Camille Site (al igual que el barrio París Londres), se extiende por la calle un conjunto de viviendas en fachada contínua organizada en torno a una trama irregular de calles interiores, cuyo centro es la pequeña Plaza de la Libertad de Prensa.
“Las viviendas, poseen todas una estilo ecléctico historicista y fueron diseñadas por los grandes arquitectos de la época entre los que se cuentan Larraín Bravo, González Cortés, Siegel, Alberto Alamos, Smith Solar, Machicao y Bianchi, logrando gran armonía, a pesar de las diferencias individuales (se recogen formas góticas, renacentistas, neoclásicas y académicas)”, señala el Consejo de Monumentos.
Las principales familias de la élite capitalina se vinieron a vivir a esta zona.




La Plaza Libertad de Prensa

Afamada plazuela de canaletas adoquinadas y hermosa fuente en su centro, que ha sido foco constante de campañas publicitarias, series de TV (cómo olvidar los balcones de “Las Historias de Sussy”) y películas varias.
Siempre hay alguna pareja en sus escaños o algún fotógrafo intentando captar la esencia del lugar. Conserva su alma barrial, los niños juegan en sus pequeñas calles internas, mientras algunas viejas casa han motivado una nueva mirada al lugar.El restaurant Zully, por ejemplo, en Concha y Torro 34, es una de las estrellas en estos momentos. La casona de cinco pisos construida en 1912, que cobijó al poeta Vicente Huidobro.




En Concha y Toro 39, se encuentra el Café Tales. Con espléndida terraza sobre el barrio, con especialidades del grano negro de todo el mundo. Además cuenta con un hostal.En la misma plaza también se ubica el centro cultural Asimil, que ofrece diferentes cursos, hay muestra de exposiciones y teatro.Los alrededores también otorgan un valor agregado al barrio. Las calles Maturana, Brasil, Cumming o Erasmo Escala, mantienen, en parte un trazado antiguo.Una línea que pareciera el siglo XXI y sus ejecutores en borrar a toda costa y poner grandes torres sin gusto estético alguno en su lugar.













Fotografías: Valentina Capó
















El barrio Concha y Toro es una de las zonas que aún rescata el patrimonio metropolitano. Recórralo, se sorprenderá.



Fotografías: Valentina Capó

Fuente: Chile.com